CARTA DE AGRADECIMIENTO POR JUBILACION
Maestra recién jubilada Norma Isela Peña
... Y llegó el día... primero de octubre de 2017. Queridos compañeros maestros y ex alumnos, después de treinta y tres años en la enseñanza, llegó la hora de retirarme. Es una gran satisfacción poder compartir con todos mis colegas y alumnos este pensamiento, para agradecerles infinitamente haber sido parte de mi trayectoria laboral durante los treinta y tres años de servicio.
Se aglomeran en la cabeza cientos de recuerdos de esta maravillosa profesión que elegí por vocación y que me ha aportado muchas lecciones de vida de las que aprendí e intenté transmitir a todos mis alumnos. Durante todos estos años trabajé como maestra de escuela primaria, una profesión muy noble, no siempre bien remunerada y que algunas veces no obtiene el reconocimiento social que merece, pero que sigue siendo el trabajo más hermoso del mundo.
Cuando inició esta hermosa aventura, recuerdo haber llegado a una escuela muy distante de mi casa, situada en la delegación Iztapalapa, en los límites con el Estado de México. Era el lejano 1984, tenía 17 años cuando empecé en la escuela primaria “Rafaela Suárez Solórzano”, recién egresada de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros. Era otro siglo, otro milenio. Me quedan muchos recuerdos de mis inicios como maestra, como el día que llegué a ésta mi primera escuela, muy angustiada por su lejanía, pero resignadamente entré al edificio donde por suerte me encontré con mi gran amigo Roberto Castro y con otros compañeros de generaciones recientes, también egresados de la BENM. Me encantó la idea de formar parte de ese equipo de trabajo. Y año con año tuve la fortuna de encontrar a un gran número de compañeros y amigos en diversas escuelas que enriquecieron mi labor.
Recuerdos imborrables de mi segundo destino en la enseñanza pública en la escuela primaria“Muralismo Mexicano” y el grupo de trabajo que formamos con los magníficos compañeros a los que nunca olvidaré, todos jóvenes emprendedores, que buscábamos superarnos realizando estudios universitarios en diversas áreas. Fueron momentos grandiosos, llenos de alegría y mucha convivencia durante cinco años en esta escuela.
Otro gran momento que viví fue durante mi estancia en la escuela “Chichén Itzá” donde colaboré durante 15 años. En este periodo, además de trabajar en mi propia localidad, tuve la satisfacción de poner en marcha junto a compañeros maravillosos, varios proyectos de enseñanza para nuestros queridos alumnos.
Después, ocupé varios cargos administrativos que me ayudaron a fortalecer mi trabajo y finalmente desempeñé el cargo de Directora de la Escuela Primaria “Xochimilco”, donde concluí los últimos 10 años de mi carrera. En nuestra demarcación hemos ido creciendo en número de alumnos y también en infraestructura; se edificaron más escuelas, aulas y espacios culturales.
Me considero muy afortunada, ya que en cada escuela donde colaboré, conseguí amistades muy importantes en mi vida. ¿Qué más podía desear si lo tenía todo? Trabajo, amigos, satisfacciones y hasta los incidentes que se presentaron fueron la sal y la pimienta de estos 33 años de labor. Todo para crecer y madurar. Siempre he sostenido la veracidad de ese sabio refrán: "No hay mal que por bien no venga"... y así ha sido. Si miro hacia atrás, como en una película, no veo los obstáculos burocráticos y tantas decisiones tomadas por la Secretaría en las que no estábamos de acuerdo; veo sólo los rostros, los ojos, las sonrisas, las historias de tantos niños (ahora convertidos en adultos) con los que compartí emociones, descubrimientos, la fatiga y la búsqueda de un camino juntos para aprender y servir a la sociedad. Es tan satisfactorio encontrar a tantos alumnos que me cuentan sus logros como profesionistas y que me hacen sentir orgullosa por haber aportado mi granito de arena para que ese ciudadano lograra sus objetivos. Y también veo las caras de muchos profesores y padres de familia que se convirtieron en queridos amigos...
Respondiendo a las preguntas de algunos compañeros y amigos "¿Qué sientes?" "¿No te da tristeza?”; “¿Estás contenta?” ; puedo responder: Siento alegría, tristeza, nostalgia, satisfacción, alivio y tranquilidad. Son momentos muy emotivos donde se mezclan tantos sentimientos. Pero puedo decir que me voy satisfecha al saber que siempre me he esforzado por enseñar/educar a todos y cada uno de los cientos de alumnos que tomaron clases con esta humilde profesora, tan seria, pero a la vez tan cercana a todos... También siento nostalgia, al recordar las palabras de muchos de mis alumnos que me mostraban su afecto, me esperaban a la salida de la escuela para saludarme, me contaban sus historias, me consideraban un punto de referencia en sus vidas. Un abrazo muy fuerte a todos. Ha sido un honor.....
He cumplido una misión que he desempeñado con el mayor gusto con mis alumnos y con mis compañeros maestros. Me llevo una enorme satisfacción y desde luego continuaré luchando por dignificar esta noble labor "Ser maestr@"
¡Muchas gracias a todos y hasta siempre!
Se aglomeran en la cabeza cientos de recuerdos de esta maravillosa profesión que elegí por vocación y que me ha aportado muchas lecciones de vida de las que aprendí e intenté transmitir a todos mis alumnos. Durante todos estos años trabajé como maestra de escuela primaria, una profesión muy noble, no siempre bien remunerada y que algunas veces no obtiene el reconocimiento social que merece, pero que sigue siendo el trabajo más hermoso del mundo.
Cuando inició esta hermosa aventura, recuerdo haber llegado a una escuela muy distante de mi casa, situada en la delegación Iztapalapa, en los límites con el Estado de México. Era el lejano 1984, tenía 17 años cuando empecé en la escuela primaria “Rafaela Suárez Solórzano”, recién egresada de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros. Era otro siglo, otro milenio. Me quedan muchos recuerdos de mis inicios como maestra, como el día que llegué a ésta mi primera escuela, muy angustiada por su lejanía, pero resignadamente entré al edificio donde por suerte me encontré con mi gran amigo Roberto Castro y con otros compañeros de generaciones recientes, también egresados de la BENM. Me encantó la idea de formar parte de ese equipo de trabajo. Y año con año tuve la fortuna de encontrar a un gran número de compañeros y amigos en diversas escuelas que enriquecieron mi labor.
Recuerdos imborrables de mi segundo destino en la enseñanza pública en la escuela primaria“Muralismo Mexicano” y el grupo de trabajo que formamos con los magníficos compañeros a los que nunca olvidaré, todos jóvenes emprendedores, que buscábamos superarnos realizando estudios universitarios en diversas áreas. Fueron momentos grandiosos, llenos de alegría y mucha convivencia durante cinco años en esta escuela.
Otro gran momento que viví fue durante mi estancia en la escuela “Chichén Itzá” donde colaboré durante 15 años. En este periodo, además de trabajar en mi propia localidad, tuve la satisfacción de poner en marcha junto a compañeros maravillosos, varios proyectos de enseñanza para nuestros queridos alumnos.
Después, ocupé varios cargos administrativos que me ayudaron a fortalecer mi trabajo y finalmente desempeñé el cargo de Directora de la Escuela Primaria “Xochimilco”, donde concluí los últimos 10 años de mi carrera. En nuestra demarcación hemos ido creciendo en número de alumnos y también en infraestructura; se edificaron más escuelas, aulas y espacios culturales.
Me considero muy afortunada, ya que en cada escuela donde colaboré, conseguí amistades muy importantes en mi vida. ¿Qué más podía desear si lo tenía todo? Trabajo, amigos, satisfacciones y hasta los incidentes que se presentaron fueron la sal y la pimienta de estos 33 años de labor. Todo para crecer y madurar. Siempre he sostenido la veracidad de ese sabio refrán: "No hay mal que por bien no venga"... y así ha sido. Si miro hacia atrás, como en una película, no veo los obstáculos burocráticos y tantas decisiones tomadas por la Secretaría en las que no estábamos de acuerdo; veo sólo los rostros, los ojos, las sonrisas, las historias de tantos niños (ahora convertidos en adultos) con los que compartí emociones, descubrimientos, la fatiga y la búsqueda de un camino juntos para aprender y servir a la sociedad. Es tan satisfactorio encontrar a tantos alumnos que me cuentan sus logros como profesionistas y que me hacen sentir orgullosa por haber aportado mi granito de arena para que ese ciudadano lograra sus objetivos. Y también veo las caras de muchos profesores y padres de familia que se convirtieron en queridos amigos...
Respondiendo a las preguntas de algunos compañeros y amigos "¿Qué sientes?" "¿No te da tristeza?”; “¿Estás contenta?” ; puedo responder: Siento alegría, tristeza, nostalgia, satisfacción, alivio y tranquilidad. Son momentos muy emotivos donde se mezclan tantos sentimientos. Pero puedo decir que me voy satisfecha al saber que siempre me he esforzado por enseñar/educar a todos y cada uno de los cientos de alumnos que tomaron clases con esta humilde profesora, tan seria, pero a la vez tan cercana a todos... También siento nostalgia, al recordar las palabras de muchos de mis alumnos que me mostraban su afecto, me esperaban a la salida de la escuela para saludarme, me contaban sus historias, me consideraban un punto de referencia en sus vidas. Un abrazo muy fuerte a todos. Ha sido un honor.....
He cumplido una misión que he desempeñado con el mayor gusto con mis alumnos y con mis compañeros maestros. Me llevo una enorme satisfacción y desde luego continuaré luchando por dignificar esta noble labor "Ser maestr@"
¡Muchas gracias a todos y hasta siempre!
11/9/17 22:09 Comentario de Roberto García Cortés: Felicidades, para cuando la reunión