El último vagón del metro
Un cuento a base de díalogos. Por Emi Mendoza
Mujer A: ¡Oh dios mío! ¡Pero cuánta gente! Aquí no se puede ni caminar. Si así está el andén... ¿Cómo se estarán los vagones?
Mujer B: ¡COMADRE! ¡COMADRE CONCHITA!’
Mujer A: ¿Quién me llama? Entre este montón de gente no es fácil descubrir quién es que me llama.
Mujer B: ¡ACÁ, COMADRE! ¡COMADRE CONCHITA! ¡ACÁ!
Mujer A: ¡AH COMADRITA, QUE GUSTO VERLA!
Mujer B: ¿QUÉ HACE AQUÍ? ¿’ONDE’ DEJO SU COCHE?
Mujer A: ¿CÓMO? ¡NO LA ESCUCHO BIEN!
Mujer B: ¡ACÉRQUESE, COMADRE!
Mujer A: ¡NO PUEDO MOVERME, HAY MUCHA GENTE!
Mujer B: ¡EMPUJE, COMADRITA!
Mujer A: Ay comadrita, finalmente me pude mover de ese lugar donde me tenían inmovilizada.
Mujer B: ¿Qué hace Ud. en el metro? ¿Qué le pasó a su coche comadre, ya lo vendió?
Mujer A: No comadre, mi marido lo llevó a reparar y lo van a entregar hasta mañana. Tengo que hacer algunos mandados y aquí me tiene, comadre. Es la primera vez que utilizo este servicio de transporte. Nunca imaginé que hubiera tanta gente. ¿Pues que tarda mucho el metro?
Mujer B: No comadre, pasan reseguido pero ‘semos’ tantos que ya no cabemos.
Convoy: ¡TURU-RU, TURU-RU!
Altavoz: ATRÁS DE LA LINEA AMARILLA, ATRÁS DE LA LINEA AMARILLA!
Mujer B: Ya está llegando, prepárese comadrita para empujar.
Mujer A: Ay comadre viene muy lleno, mejor esperemos al otro.
Mujer B: No comadre, que cosas se le ocurren. Todos los convoyes vienen rete-atascados, así espere diez trenes será lo mismo. Tome un poco de valor y de ‘aigre’ y empuje hasta entrar, comadrita. Yo le doy un empujoncito.
Altavoz: TURU-RU: ANTES DE ENTRAR DEJE SALIR!
Mujer A: Ay comadre me despanzurran, esto es terrible…
Mujer B: Ya casi logra entrar, comadrita, solo apriete fuerte los dientes.
Mujer A: ¡Ay comadre, tenga cuidado, si las puertas cierran le rebanan su pechuguita!
Mujer B: No comadre, no se preocupe.
Convoy: PIIIIIII
Altavoz: ¡POR FAVOR, NO IMPIDA EL CIERRE DE PUERTAS!
Mujer B: ¿Ya vio comadre? Al momento que la puerta se cierra, me agarro bien de ella y me ayuda a entrar. Ya estoy acostumbrada…figúrese todos los días paso por lo mismo.
Mujer A: No comadre, yo creo que debimos haber ido al último vagón, debe haber menos gente.
Mujer B: ¡Válgame la Virgencita de los martirios, comadre, ni dios lo quiera! Nunca se le ocurra subirse en el último vagón del convoy, comadrita.
Mujer A: ¿Por qué comadre? Más gente que aquí, imposible.
Mujer B: No comadre, algo peor. Un día me subí por equivocación y me arrepentí, comadrita.
Mujer A: No me asuste comadre. ¿Qué le pasó?
Mujer B: No comadre, fue terrible. Está lleno de degenerados y depravados. Apenas se cerraron las puertas y quedamos bien apretaditos, empecé a sentir manos y objetos no identificados por todo el cuerpo comadre.
Mujer A: ¡Válgame la Virgen de los martirios! ¿Y Ud. que hizo, comadrita?
Mujer B: Nada comadrita, apenas llegamos a la siguiente estación me bajé corriendo re asustada. Nunca se le ocurra subirse ahí comadre.
Mujer A: Gracias por advertirme…Aquí es la Merced, tengo que bajarme en esta estación. Ayúdeme a salir, comadrita.
Altavoz: TURU-RU: ¡ANTES DE ENTRAR DEJE SALIR!
Mujer B: Bueno comadre que la pase bien. No deje de saludarme a mi compadre y de paso dígale que no ande sonsacando a mi marido, Je-je…
Mujer A: Ta’ bueno comadre, que le vaya bien.
Convoy: PIIIIIIII
Altavoz: POR FAVOR NO IMPIDA EL CIERRE DE PUERTAS!
Mujer B: ADIOS COMADRE, SALUDEME A MI COMPADRE!
Mujer A: NO LE ENTIENDO COMADRE, LLAMEME POR CELULAR, ADIOS!
Mujer A (continúa): No entiendo como mi comadre puede aguantar esto todos los días, es como si uno estuviera en un baño sauna…! Ufff, qué calor!!!
...
...
Mujer A (continúa más tarde): ¡Ay de mí! Pero cuánto pesan estas bolsas con los tomates. Lo que quiero es llegar a casa y descansar. ¡Oh no! Otra vez ese montón de gente que espera el metro. Otra vez tener que luchar para entrar. Esta vez tengo que entrar con las bolsas del mandado. ¿Será cierto lo que dice la comadre? ¿De veras el último vagón del metro estará lleno de degenerados y depravados? Tengo curiosidad por saber la verdad. Voy a probar.
Convoy: TURU-RU, TURU-RU
Altavoz: ALEJARSE DE LA LINEA AMARILLA
Mujer A: aquí llega el convoy…como siempre, a reventar de gente. Veamos si puedo entrar en el último vagón. ¡Ay! No necesite empujar, estos caballeros atentos me ayudaron a entrar, que corteses…
Convoy: PIIIIIIII
Altavoz: POR FAVOR, NO IMPIDA EL CIERRE DE PUERTAS!
Mujer A: Por fin se cierran las puertas. No veo la hora de llegar a casa para preparar una sopita calientita. ¡Óigame! ¡Un momento! ¿Qué está haciendo? ¡Saque la mano de ahí inmediatamente! ¡Óigame, desgraciado! ¿Oh, también Ud.? ¡Pero qué atrevido! ¡Ay! ¿También Ud.? ¿Y Ud? ¡Ay dios mío, auxilio! ¡Déjenme, no me toquen! ¿Pues qué se han creído? ¿Qué es esto? ¡No me toque! No me agarre ahí! ¡Quíteme eso de encima!
Mujer B: ¡COMADRE! ¿Ud. también aquí? Qué casualidad que nos volvemos a encontrar. No se aguantó la curiosidad, ¿Eh? ¡Je-je!
Mujer A: Y Ud. comadrita… ¿Se volvió a subir por equivocación en el último vagón…?
Mujer B: ¡COMADRE! ¡COMADRE CONCHITA!’
Mujer A: ¿Quién me llama? Entre este montón de gente no es fácil descubrir quién es que me llama.
Mujer B: ¡ACÁ, COMADRE! ¡COMADRE CONCHITA! ¡ACÁ!
Mujer A: ¡AH COMADRITA, QUE GUSTO VERLA!
Mujer B: ¿QUÉ HACE AQUÍ? ¿’ONDE’ DEJO SU COCHE?
Mujer A: ¿CÓMO? ¡NO LA ESCUCHO BIEN!
Mujer B: ¡ACÉRQUESE, COMADRE!
Mujer A: ¡NO PUEDO MOVERME, HAY MUCHA GENTE!
Mujer B: ¡EMPUJE, COMADRITA!
Mujer A: Ay comadrita, finalmente me pude mover de ese lugar donde me tenían inmovilizada.
Mujer B: ¿Qué hace Ud. en el metro? ¿Qué le pasó a su coche comadre, ya lo vendió?
Mujer A: No comadre, mi marido lo llevó a reparar y lo van a entregar hasta mañana. Tengo que hacer algunos mandados y aquí me tiene, comadre. Es la primera vez que utilizo este servicio de transporte. Nunca imaginé que hubiera tanta gente. ¿Pues que tarda mucho el metro?
Mujer B: No comadre, pasan reseguido pero ‘semos’ tantos que ya no cabemos.
Convoy: ¡TURU-RU, TURU-RU!
Altavoz: ATRÁS DE LA LINEA AMARILLA, ATRÁS DE LA LINEA AMARILLA!
Mujer B: Ya está llegando, prepárese comadrita para empujar.
Mujer A: Ay comadre viene muy lleno, mejor esperemos al otro.
Mujer B: No comadre, que cosas se le ocurren. Todos los convoyes vienen rete-atascados, así espere diez trenes será lo mismo. Tome un poco de valor y de ‘aigre’ y empuje hasta entrar, comadrita. Yo le doy un empujoncito.
Altavoz: TURU-RU: ANTES DE ENTRAR DEJE SALIR!
Mujer A: Ay comadre me despanzurran, esto es terrible…
Mujer B: Ya casi logra entrar, comadrita, solo apriete fuerte los dientes.
Mujer A: ¡Ay comadre, tenga cuidado, si las puertas cierran le rebanan su pechuguita!
Mujer B: No comadre, no se preocupe.
Convoy: PIIIIIII
Altavoz: ¡POR FAVOR, NO IMPIDA EL CIERRE DE PUERTAS!
Mujer B: ¿Ya vio comadre? Al momento que la puerta se cierra, me agarro bien de ella y me ayuda a entrar. Ya estoy acostumbrada…figúrese todos los días paso por lo mismo.
Mujer A: No comadre, yo creo que debimos haber ido al último vagón, debe haber menos gente.
Mujer B: ¡Válgame la Virgencita de los martirios, comadre, ni dios lo quiera! Nunca se le ocurra subirse en el último vagón del convoy, comadrita.
Mujer A: ¿Por qué comadre? Más gente que aquí, imposible.
Mujer B: No comadre, algo peor. Un día me subí por equivocación y me arrepentí, comadrita.
Mujer A: No me asuste comadre. ¿Qué le pasó?
Mujer B: No comadre, fue terrible. Está lleno de degenerados y depravados. Apenas se cerraron las puertas y quedamos bien apretaditos, empecé a sentir manos y objetos no identificados por todo el cuerpo comadre.
Mujer A: ¡Válgame la Virgen de los martirios! ¿Y Ud. que hizo, comadrita?
Mujer B: Nada comadrita, apenas llegamos a la siguiente estación me bajé corriendo re asustada. Nunca se le ocurra subirse ahí comadre.
Mujer A: Gracias por advertirme…Aquí es la Merced, tengo que bajarme en esta estación. Ayúdeme a salir, comadrita.
Altavoz: TURU-RU: ¡ANTES DE ENTRAR DEJE SALIR!
Mujer B: Bueno comadre que la pase bien. No deje de saludarme a mi compadre y de paso dígale que no ande sonsacando a mi marido, Je-je…
Mujer A: Ta’ bueno comadre, que le vaya bien.
Convoy: PIIIIIIII
Altavoz: POR FAVOR NO IMPIDA EL CIERRE DE PUERTAS!
Mujer B: ADIOS COMADRE, SALUDEME A MI COMPADRE!
Mujer A: NO LE ENTIENDO COMADRE, LLAMEME POR CELULAR, ADIOS!
Mujer A (continúa): No entiendo como mi comadre puede aguantar esto todos los días, es como si uno estuviera en un baño sauna…! Ufff, qué calor!!!
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Mujer A (continúa más tarde): ¡Ay de mí! Pero cuánto pesan estas bolsas con los tomates. Lo que quiero es llegar a casa y descansar. ¡Oh no! Otra vez ese montón de gente que espera el metro. Otra vez tener que luchar para entrar. Esta vez tengo que entrar con las bolsas del mandado. ¿Será cierto lo que dice la comadre? ¿De veras el último vagón del metro estará lleno de degenerados y depravados? Tengo curiosidad por saber la verdad. Voy a probar.
Convoy: TURU-RU, TURU-RU
Altavoz: ALEJARSE DE LA LINEA AMARILLA
Mujer A: aquí llega el convoy…como siempre, a reventar de gente. Veamos si puedo entrar en el último vagón. ¡Ay! No necesite empujar, estos caballeros atentos me ayudaron a entrar, que corteses…
Convoy: PIIIIIIII
Altavoz: POR FAVOR, NO IMPIDA EL CIERRE DE PUERTAS!
Mujer A: Por fin se cierran las puertas. No veo la hora de llegar a casa para preparar una sopita calientita. ¡Óigame! ¡Un momento! ¿Qué está haciendo? ¡Saque la mano de ahí inmediatamente! ¡Óigame, desgraciado! ¿Oh, también Ud.? ¡Pero qué atrevido! ¡Ay! ¿También Ud.? ¿Y Ud? ¡Ay dios mío, auxilio! ¡Déjenme, no me toquen! ¿Pues qué se han creído? ¿Qué es esto? ¡No me toque! No me agarre ahí! ¡Quíteme eso de encima!
Mujer B: ¡COMADRE! ¿Ud. también aquí? Qué casualidad que nos volvemos a encontrar. No se aguantó la curiosidad, ¿Eh? ¡Je-je!
Mujer A: Y Ud. comadrita… ¿Se volvió a subir por equivocación en el último vagón…?