Mi Ɣrbol y yo
Canta: Alberto Cortez
Hace unos días el gran compositor y cantante argentino Alberto Cortez murió a la edad de 79 años. El poeta se marchó para siempre, pero nos dejó una larga lista de grandes composiciones que harán que nunca lo olvidemos.
Después de tantos años de escuchar sus hermosas composiciones y muchas veces disfrutándolas mientras las cantamos, nos llegó la mala noticia de su muerte. Alberto Cortez nos dejó para siempre en este mes de abril de 2019 mientras era atendido por una complicación en un hospital de Madrid. Originario de La Pampa Argentina, Alberto se convirtió en uno de los compositores y cantantes más reconocidos de América Latina con éxitos como Mi árbol y yo, Mariana, Como el primer día, A partir de mañana y Callejero.
Deseo dedicar un pequeñísimo homenaje a este grandioso poeta en este espacio. Les propongo el poema musical que más me gusta por identificarlo a ciertas etapas de mi vida: "Mi árbol y yo".
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MI árbol y yo, una de las más bonitas composiciones de Alberto Cortez
En la canción Mi árbol y yo, el compositor narra musicalmente las diferentes etapas de su vida, desde la niñez hasta la edad adulta. Utiliza como coprotagonista un árbol que al parecer fue verdad que lo trajo su padre y lo plantó Alberto con su madre cuando él era chico y la planta era apenas una rama. El árbol no dice una palabra, sólo se interpretan sus reacciones al sentir la presencia de quien lo plantó. La forma que la planta tenía para agradecer era brotando y creciendo para dar vida a ese jardín. Parecía sonreír por ser útil al ambiente y por dar refugio a muchos otros seres vivos. El poeta argentino quiso hacer un poema dedicado a la amistad con la naturaleza, esa amistad que a menudo no cuidamos como deberíamos. Durante muchos años su árbol lo esperó fielmente para ofrecerle su sombra y en cada floración, muchos frutos en forma de recuerdos…
Declaración en Encuentro digital
En una serie de preguntas hechas durante un encuentro digital con Alberto Cortez en 2001 (https://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2001/06/5/), el compositor argentino respondió a una pregunta sobre el árbol que non ocupa:
Pregunta 59: El árbol al cual se refiere en el tema "Mi árbol y yo" ¿estaba en su casa? ¿Es parte de su vida la que cuenta en esa hermosa canción?
Respuesta Alberto Cortez: Es una historia real, mi madre tuvo que mandar a quitarlo porque sus raíces crecieron tanto que le estaban tirando la casa al vecino. El tronco principal pesó más de 5.000 kilos, lo que da una dimensión de la hermosa y enorme sombra que proyectaba
Pregunta 59: El árbol al cual se refiere en el tema "Mi árbol y yo" ¿estaba en su casa? ¿Es parte de su vida la que cuenta en esa hermosa canción?
Respuesta Alberto Cortez: Es una historia real, mi madre tuvo que mandar a quitarlo porque sus raíces crecieron tanto que le estaban tirando la casa al vecino. El tronco principal pesó más de 5.000 kilos, lo que da una dimensión de la hermosa y enorme sombra que proyectaba
Reflexión y Agradecimiento
El proceso vital de un organismo tiene cuatro etapas, pero la canción sólo considera tres de ellas. El ciclo de la vida del árbol y de Alberto en la canción lo cerramos nosotros con nuestra imaginación y nuestra tristeza al saber que ninguno de los dos está más entre nosotros, pues el árbol murió hace unos años y nuestro poeta hace unos días. Es inevitable y es comprensible que al escuchar esta hermosa composición se asome en nuestros ojos alguna lagrimilla queriéndose escapar… ¡Gracias poeta!
Canción y letra
Mi árbol y yo
Mi madre y yo lo plantamos en el límite del patio, donde termina la casa. Fue mi padre quien lo trajo, yo tenía cinco años y él apenas una rama. Al llegar la primavera abonamos bien la tierra y lo cubrimos de agua, con trocitos de madera hicimos una barrera para que no se dañara.
Mi árbol brotó… mi infancia pasó… y hoy bajo su sombra que tanto creció, tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Con el correr de los años, con los pantalones largos me llegó la adolescencia, fue al sombra de mi árbol una siesta de verano cuando perdí la inocencia. Luego fue tiempo de estudios con regresos a menudo, pero con plena conciencia que iniciaba un largo viaje sólo de ida el pasaje y así me gano la ausencia.
Mi árbol quedó… y el tiempo pasó… y hoy bajo su sombra que tanto creció, tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Muchos años han pasado y por fin he regresado a mi terruño querido y en el límite del patio ahí me estaba esperando, como se espera a un amigo. Parecía sonreírme, como queriendo decirme: Mira, estoy lleno de nidos, ese árbol que plantamos hace veintitantos años, siendo yo apenas un niño.
Aquél que brotó… y el tiempo pasó… mitad de mi vida con él se quedó, hoy bajo su sombra que tanto creció… tenemos recuerdos mi árbol y yo…
Mi madre y yo lo plantamos en el límite del patio, donde termina la casa. Fue mi padre quien lo trajo, yo tenía cinco años y él apenas una rama. Al llegar la primavera abonamos bien la tierra y lo cubrimos de agua, con trocitos de madera hicimos una barrera para que no se dañara.
Mi árbol brotó… mi infancia pasó… y hoy bajo su sombra que tanto creció, tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Con el correr de los años, con los pantalones largos me llegó la adolescencia, fue al sombra de mi árbol una siesta de verano cuando perdí la inocencia. Luego fue tiempo de estudios con regresos a menudo, pero con plena conciencia que iniciaba un largo viaje sólo de ida el pasaje y así me gano la ausencia.
Mi árbol quedó… y el tiempo pasó… y hoy bajo su sombra que tanto creció, tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Muchos años han pasado y por fin he regresado a mi terruño querido y en el límite del patio ahí me estaba esperando, como se espera a un amigo. Parecía sonreírme, como queriendo decirme: Mira, estoy lleno de nidos, ese árbol que plantamos hace veintitantos años, siendo yo apenas un niño.
Aquél que brotó… y el tiempo pasó… mitad de mi vida con él se quedó, hoy bajo su sombra que tanto creció… tenemos recuerdos mi árbol y yo…