La Villa del Placer del Palacio Farnesio
Publicado el 21 de enero de 2021
Por Patricia Gutiérrez Pesce
Caprarola es un pueblito medieval de poco más de 5000 habitantes ubicado en los Montes Ciminos los cuales circundan el lago de origen volcánico llamado Lago di Vico, en Italia central. A pesar de estar inmerso en el antiguo territorio etrusco, los primeros asentamientos se llevaron a cabo sólo a partir del siglo XI probablemente debido a que esa zona era considerada como territorio impenetrable por lo que acostumbraban llamarla Selva Cimina.
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A partir de los primeros asentamientos y en los siguientes siglos, el dominio de esta área fue disputada por varias familias feudales. Fue sólo a partir del siglo XVI que mostró su máximo esplendor, cuando la familia Farnese tomó las riendas del señorío y lo confirmó mediante construcciones ostentosas y de gran clase artística. La residencia más representativa del nivel de riqueza y poder que realizó esta noble familia es el Palazzo Farnese (Palacio Farnesio), considerado uno de los edificios más importantes de la arquitectura renacentista-manierista. Fue construido siguiendo el proyecto de Jacopo Barozzi da Vignola (conocido como el Vignola) sobre los cimientos de una fortificación pentagonal, muy peculiar para la época, ya existente que había sido proyectada por el arquitecto renacentista Antonio da Sangallo. Dicha fortificación tenía 5 baluartes en las esquinas. Las obras el Vignola se suspendieron temporalmente cuando el cardenal Alessandro Farnese fue elegido Papa Pablo III, pero su sobrino Alessandro retomó el proyecto del Vignola poco después convirtiendo el austero proyecto de una fortaleza en un imponente Palacio renacentista. En la decoración del interior trabajaron los artistas más ilustres de la época. En efecto, las paredes y techos están completamente “tapizadas” de frescos de gran valor artístico.
Y como en todo Palacio que se respeta, la creación de áreas verdes era indispensable ya que servía como lugar de sosiego durante los días calurosos y para acoger a los invitados durante las fiestas de verano. El Palacio Farnesio cuenta con dos hermosos jardines a la italiana, uno de ellos con una gruta excavada en el tufo y toba de donde el agua filtra y sale a través de las paredes. Siendo arquitectos muy creativos, no dejaron que ésta se desperdicie construyendo una pequeña fuente de agua natural en el interior, con el mismo material calcáreo de la excavación. Este oasis artificial ha dado lugar a la creación de un microclima favorable para el crecimiento de helechos y musgos extremamente fresco en su interior. El agua proviene de la parte más alta de la colina, surge naturalmente del suelo por filtración. Esta bondad de la zona fue inmediatamente aprovechada para crear los jardines de arriba, o jardines altos, como veremos en detalle.
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Los jardines altos del Palacio Farnesio
A pesar de haber ido varias veces con mi familia a visitar el Palacio Farnesio, nunca me di cuenta de la espectacular obra “escondida” en la parte posterior del Palacio, colina arriba de sus jardines, detrás del bosque de abetos. Al concluir la visita del interior del Palacio, salimos al jardín a la italiana abierto al público y dimos un breve paseo en los laberintos de boj. Luego en lugar de salir por la puerta posterior con el letrero “salida” que conduce hacia la calle, decidimos explorar un poco más. Nos encaminamos por uno de los pasadizos del laberinto hacia el lado opuesto y nos adentramos, como quien hace un paseo improvisado, subiendo y subiendo por las amplias escaleras de piedra ornadas por camelias en flor a ambos lados. Al terminar la escalinata de camelias iniciaba un pequeño bosque de abetos. Seguimos caminando, entre los árboles deleitándonos con el aroma de bosque húmedo, sin imaginar la vista espectacular que encontraríamos al final de la colina: terminó el bosque y se abrió el panorama al improviso dejando una enorme obra monumental con una amplia escalinata que nos invitaba a subir a la villa adornada con esculturas, fuentes de agua y laberintos de boj. ¡Simplemente maravilloso!
A pesar de haber ido varias veces con mi familia a visitar el Palacio Farnesio, nunca me di cuenta de la espectacular obra “escondida” en la parte posterior del Palacio, colina arriba de sus jardines, detrás del bosque de abetos. Al concluir la visita del interior del Palacio, salimos al jardín a la italiana abierto al público y dimos un breve paseo en los laberintos de boj. Luego en lugar de salir por la puerta posterior con el letrero “salida” que conduce hacia la calle, decidimos explorar un poco más. Nos encaminamos por uno de los pasadizos del laberinto hacia el lado opuesto y nos adentramos, como quien hace un paseo improvisado, subiendo y subiendo por las amplias escaleras de piedra ornadas por camelias en flor a ambos lados. Al terminar la escalinata de camelias iniciaba un pequeño bosque de abetos. Seguimos caminando, entre los árboles deleitándonos con el aroma de bosque húmedo, sin imaginar la vista espectacular que encontraríamos al final de la colina: terminó el bosque y se abrió el panorama al improviso dejando una enorme obra monumental con una amplia escalinata que nos invitaba a subir a la villa adornada con esculturas, fuentes de agua y laberintos de boj. ¡Simplemente maravilloso!
La literatura al respecto nos cuenta que el conjunto monumental y los jardines fueron creados en varias etapas por los arquitectos: el Vignola, luego Giacomo del Duca, y lo concluyó Girolamo Rainaldi. El proyecto fue una extensión del Palacio Farnesio respetando las estrictas reglas de los jardines renacentistas con líneas rectas, formas geométricas, así como la presencia de fuentes y juegos de agua. El Vignola creó dos cuadrados en lados opuestos de la villa, uno orientado al suroeste (jardín de invierno) y el otro al noreste (jardín de verano). Ambos jardines están diseñados con borduras geométricas de boj que forman un laberinto muy divertido. El jardín de invierno fue excavado en la toba y cubierto de concreciones de piedra caliza, con la infaltable fuente de agua y muchos juegos de agua a su alrededor. Está circundado por cipreses y estatuas de sátiro que parecen como si te observaran. En el jardín de verano, se reconstruyó un pequeño pórtico con más fuentes de agua en donde a Alessandro le encantaba cenar al aire libre en compañía del sonido del agua. Cuando tenía invitados le gustaba sorprenderlo con los chorros de agua que se levantaban desde el piso del jardín, hechos especialmente por el Vignola a petición del cardinal.
En la parte más alta se encuentra una enorme edificación en la que el cardinal Farnese se entretenía en los días que deseaba ir de cacería. En realidad, se convirtió en un refugio secreto e íntimo, aislado y en posición dominante con una vista espectacular de la campiña romana. Era un lugar agradable donde la actividad de caza era solo un pretexto para alegrar los días aburridos, organizar eventos para deleitar y asombrar a los invitados.
La muerte del Vignola en 1573 suspendió temporalmente la finalización de los llamados “jardines altos", pero las obras pasaron a Giacomo del Duca, activo en ese entonces en las obras del Palacio Farnesio y, por lo tanto, consciente del proyecto que tenía en mente el Vignola y en las etapas de avance. Se encargó de crear la villa del placer con una grande pared y puertas de vidrio, muchas fuentes y juegos de agua en donde al cardenal le encantaba almorzar en los días calurosos y las noches de verano, incluso cuando el trabajo no estaba todavía terminado. Su mala salud, dada su avanzada edad y sucesivamente su muerte en 1589 le impidió ver la obra terminada y sobre todo no pudo disfrutar plenamente de esta maravilla. Los cargos del Palacio pasaron al nieto del cardinal Odoardo Farnese, también muy calificado, quien se encargó de completar las obras en el parque y en los alrededores de la villa del placer.
Es una gran obra maestra del manierismo tardío, un óptimo ejemplo de jardines a la italiana que tuvo la máxima expresión artística gracias a esta familia poderosa y culta de esta región.
La cordonata (a los lados) y la cadena de agua (al centro) es la entrada principal desde la parte más baja de la edificación hasta la Fuente de Cristal o de los Gigantes. Una cordonata es una rampa formada por escalones anchos y bajos, entre 8-10 cm de altura, generalmente de ladrillo y piedra que la hacen semejante a una escalinata.
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La forma disminuía la inclinación de una escalinata y permitía que subieran caballos por ella. Es utilizada también en el interior de edificios, pero especialmente en las calles empinadas. En esta cadena de agua, Giacomo Del Duca se inspiró, probablemente, en la de Villa Lante, diseñada Jacopo Barozzi en Viterbo, no muy lejos de Caprarola.
Al final de la cordonata se encuentra imponente la Fuente del Cristal o de los Gigantes con dos amplias escalinatas a los lados que llevan a los jardines de invierno y de verano. Detrás de la fuente podemos ver la edificación de la villa de caza y villa del placer en el lado opuesto. Lamentablemente, en ese momento el circuito de agua de todo el complejo está cerrado por trabajos de mantenimiento.
La villa del placer: era aquí donde al cardenal le encantaba almorzar en los días calurosos y las noches de verano, incluso si el trabajo no estaba terminado. En un principio hecho como un pabellón de caza. El diseño original del jardín a la italiana es obra de Jacopo Barozzi pero luego fue realizado por Giacomo Del Duca.
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