Monumento a la Revolución Mexicana
Estimados lectores, en esta ocasión les quiero hablar del imponente Monumento a la Revolución Mexicana, una de las construcciones históricas más importantes del país que representa el símbolo de la rebelión del pueblo mexicano contra la dictadura del General Porfirio Díaz y la supremacía de la burguesía sobre las instituciones del estado. Este emblemático monumento conmemora uno de los movimientos políticos, económicos y sociales más importantes ocurridos en el continente Americano entre 1910 y 1920.
El Monumento a la Revolución está ubicado en la plaza de la República, que divide Av. de la Revolución entre el Paseo de la Reforma y la Av. de los Insurgentes en la ciudad de México. Con sus 67 metros de altura está considerado el arco de triunfo más alto del mundo. Recientemente, el monumento fue acondicionado y mejorado para conmemorar el centenario del inicio de dicho movimiento revolucionario (2010). Aunque parezca increíble, el monumento a la Revolución no nació como tal. El proyecto original de 1897 pretendía construir en ese lugar la sede del Palacio Legislativo que prometía ser un edificio suntuoso con más de 14 mil metros cuadrados, pero la construcción fue interrumpida precisamente por la Revolución. |
Después de ser abandonada por varios años y haber discutido su demolición, surgió la idea de aprovechar la parte construida del edificio hasta ese momento para darle una nueva función: el de monumento a la Revolución. El monumento fue inaugurado en 1938 bajo el régimen del presidente Lázaro Cárdenas dándole una segunda utilidad: la de mausoleo, ofreciendo un espacio para las criptas de los principales héroes revolucionarios y posrevolucionarios.
VISITA AL MONUMENTO
Aprovechando algunos días de asueto, me dispuse a visitar el monumento con mi familia. Con un precio accesible, pudimos recorrer el monumento desde el sótano para conocer su cimentación, pasando por las columnas y el mirador hasta llegar a la parte más alta, la linternilla. Tuvimos la oportunidad de acceder a las entrañas de este gigante edificio y pudimos recorrer sus recovecos internos caminado a través de su laberinto subterráneo formado por la estructura base de acero. En el sótano se llevan a cabo exposiciones temporales de arte. Los recorridos por las cuatro columnas se hacen a través de escaleras de acero y pisos de cristal. Dentro de las columnas se encuentran pequeños auditorios en los que se proyectan películas sobre la época revolucionaria.
En la planta baja visitamos el Museo Nacional de la Revolución en donde a través de la exposición de muchas piezas como insignias, banderas, documentos y fotografías asistimos al desarrollo previo y posterior de aquella insurrección del pueblo mexicano de inicios de siglo XX.
Aprovechando algunos días de asueto, me dispuse a visitar el monumento con mi familia. Con un precio accesible, pudimos recorrer el monumento desde el sótano para conocer su cimentación, pasando por las columnas y el mirador hasta llegar a la parte más alta, la linternilla. Tuvimos la oportunidad de acceder a las entrañas de este gigante edificio y pudimos recorrer sus recovecos internos caminado a través de su laberinto subterráneo formado por la estructura base de acero. En el sótano se llevan a cabo exposiciones temporales de arte. Los recorridos por las cuatro columnas se hacen a través de escaleras de acero y pisos de cristal. Dentro de las columnas se encuentran pequeños auditorios en los que se proyectan películas sobre la época revolucionaria.
En la planta baja visitamos el Museo Nacional de la Revolución en donde a través de la exposición de muchas piezas como insignias, banderas, documentos y fotografías asistimos al desarrollo previo y posterior de aquella insurrección del pueblo mexicano de inicios de siglo XX.
Seguramente la atracción principal es la vista que se tiene de la ciudad desde lo más alto del monumento. Primero subimos hasta el mirador intermedio utilizando el elevador panorámico de cristal. Desde allá arriba pudimos apreciar la espectacular vista a 360º de la ciudad contemplando sus edificios más emblemáticos. Luego proseguimos nuestra aventura subiendo todavía más utilizando una escalera en espiral, hasta el punto más alto donde se localiza la Linternilla, a 65 metros de altura. El centro del monumento se corona con dos cúpulas de 80 metros de diámetro, una de piedra y una de cobre platinado. Según entendimos, en este espacio se llevan a cabo las visitas guiadas llamadas Amaneceres Monumentales. Una vez al mes, en la mañana muy temprano, se realizan pequeños tours en las que los visitantes pueden apreciar desde las alturas la salida del sol en la ciudad de México. Estas visitas incluyen un desayuno en un establecimiento situado al interior del monumento.
PROYECTO INICIAL
El proyecto inicial consideraba la construcción del Palacio Legislativo Federal en esa área para conmemorar el centenario de la independencia en 1910. El plan suponía la construcción de uno de los mas grandes y lujosos palacios legislativos del mundo que se habría convertido en la sede de la cámara de diputados y senadores. El presidente Porfirio Díaz convocó un concurso internacional para la realización del mega proyecto. La competición arquitectónica fue ganada por el francés Émile Bénard quien proponía un lujoso edificio proyectado con la estética europea neoclásica. La elección de un arquitecto francés se debió a que el presidente Díaz quería mostrar a México como nación avanzada. El mismo presidente colocó la primera piedra en 1910 durante los festejos del centenario de la independencia.
El proyecto inicial consideraba la construcción del Palacio Legislativo Federal en esa área para conmemorar el centenario de la independencia en 1910. El plan suponía la construcción de uno de los mas grandes y lujosos palacios legislativos del mundo que se habría convertido en la sede de la cámara de diputados y senadores. El presidente Porfirio Díaz convocó un concurso internacional para la realización del mega proyecto. La competición arquitectónica fue ganada por el francés Émile Bénard quien proponía un lujoso edificio proyectado con la estética europea neoclásica. La elección de un arquitecto francés se debió a que el presidente Díaz quería mostrar a México como nación avanzada. El mismo presidente colocó la primera piedra en 1910 durante los festejos del centenario de la independencia.
Sin embargo, debido a los movimientos revolucionarios de la época, la realización del edificio fue suspendida quedando sólo la estructura central, digamos el “cascarón” que daría lugar a la cúpula del Salón de los Pasos Perdidos. La renuncia a la presidencia de Porfirio Díaz y el levantamiento en armas del pueblo cambiaron el destino del proyecto terminando con su cancelación. El nuevo presidente Francisco Madero quiso continuar con la majestuosa construcción hasta que se le agotaron los fondos en 1912. La estructura permaneció en el estado de completo abandono por más de 20 años.
NACIO EL MONUMENTO A LA REVOLUCION
En la década de 1930, se discutió la demolición de la obra incompleta abandonada, pero el arquitecto Carlos Obregón Santacilia convenció a la administración presidencial de salvar la parte de la estructura construida hasta ese momento. Sin embargo, el plan original de convertirlo en el Palacio Legislativo cambió totalmente. Se propuso aprovechar para erigir un monumento a la recién terminada Revolución Mexicana. La estructura de acero que se había colocado para el edificio sirvió como base para la construcción del monumento que en 1938 fue completado e inaugurado por el presidente Lázaro Cárdenas.
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MAUSOLEO
Además de convertirse en el símbolo de la revolución, en 1936 el monumento se constituyó también mausoleo dando espacio a los restos de figuras importantes que representaron los ideales revolucionarios. En las columnas están colocadas la criptas de Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas, considerados héroes de aquel cambio radical en las instituciones políticas, económicas o sociales de la nación de aquella época. Los restos de uno de los principales héroes revolucionarios, el general Emiliano Zapata, no yacen en este monumento sino se encuentran en Cuautla, en el estado de Morelos.
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MUSEO NACIONAL
El museo Nacional de la Revolución fue fundado en 1986 y está ubicado en el sótano del Monumento a la Revolución. El Museo resguarda documentos, fotografías, mapas, gráficas, videos y objetos diversos relacionados con las etapas de la Revolución. Cuenta con una sala para exposiciones temporales y biblioteca. Con motivo del centenario del inicio de la Revolución, el gobierno de la ciudad de México decidió ampliarlo y renovarlo como parte de los trabajos de restauración del monumento y remodelación de la plaza. Entre los objetivos del museo se encuentra el de convertirse en un instrumento didáctico, auxiliar en la enseñanza de la historia de México. La exposición permanente consiste en ocho salas estructuradas en temas cronológicos que van desde la consolidación del Estado mexicano hasta el Cardenismo, pasando por el Porfirismo, la Revolución, la Guerra Civil y la promulgación de la Constitución.
El museo Nacional de la Revolución fue fundado en 1986 y está ubicado en el sótano del Monumento a la Revolución. El Museo resguarda documentos, fotografías, mapas, gráficas, videos y objetos diversos relacionados con las etapas de la Revolución. Cuenta con una sala para exposiciones temporales y biblioteca. Con motivo del centenario del inicio de la Revolución, el gobierno de la ciudad de México decidió ampliarlo y renovarlo como parte de los trabajos de restauración del monumento y remodelación de la plaza. Entre los objetivos del museo se encuentra el de convertirse en un instrumento didáctico, auxiliar en la enseñanza de la historia de México. La exposición permanente consiste en ocho salas estructuradas en temas cronológicos que van desde la consolidación del Estado mexicano hasta el Cardenismo, pasando por el Porfirismo, la Revolución, la Guerra Civil y la promulgación de la Constitución.
CURIOSIDADES
La arquitectura del proyecto original consideraba muchas piezas ornamentales para el nuevo Palacio Legislativo. Sin embargo, al suspenderse la construcción y quedarse sin utilizar, las decoraciones se distribuyeron por la ciudad. Tal es el caso del Águila destinada a coronar la cúpula, ahora forma parte del Monumento a La Raza; los Leones que custodiarían la escalinata para entrar a la Cámara de Diputados y Senadores hoy resguardan el acceso principal del Bosque de Chapultepec; mientras que actualmente las esculturas dedicadas a la Paz, la Elocuencia, la Juventud y la Verdad, que darían “vida” al diseño decorativo de la frustrada construcción, hoy flanquean el pórtico del no menos ostentoso Palacio de Bellas Artes.
La arquitectura del proyecto original consideraba muchas piezas ornamentales para el nuevo Palacio Legislativo. Sin embargo, al suspenderse la construcción y quedarse sin utilizar, las decoraciones se distribuyeron por la ciudad. Tal es el caso del Águila destinada a coronar la cúpula, ahora forma parte del Monumento a La Raza; los Leones que custodiarían la escalinata para entrar a la Cámara de Diputados y Senadores hoy resguardan el acceso principal del Bosque de Chapultepec; mientras que actualmente las esculturas dedicadas a la Paz, la Elocuencia, la Juventud y la Verdad, que darían “vida” al diseño decorativo de la frustrada construcción, hoy flanquean el pórtico del no menos ostentoso Palacio de Bellas Artes.
SALÓN DE LOS PASOS PERDIDOS
En el fracasado proyecto original, el supuesto Palacio Legislativo consideraba la construcción de un gran vestíbulo al que se le habría llamado el Salón de los Pasos Perdidos, al que se podría acceder desde el exterior directamente por la escalinata de la fachada principal. A ambos lados se localizarían las cámaras, a un lado la de Senadores y al otro la de Diputados. La curiosidad me llevó a averiguar el motivo de ese peculiar nombre. Aparentemente esa denominación fue utilizada por primera vez por la Logia Masónica, cuyos miembros llamaban de ese modo a la antesala o al salón de ingreso a sus templos y donde los aspirantes a pertenecer a ella perdían los pasos de su pasado, para comenzar unos nuevos en el ámbito masón: un espacio de transición para pa-
En el fracasado proyecto original, el supuesto Palacio Legislativo consideraba la construcción de un gran vestíbulo al que se le habría llamado el Salón de los Pasos Perdidos, al que se podría acceder desde el exterior directamente por la escalinata de la fachada principal. A ambos lados se localizarían las cámaras, a un lado la de Senadores y al otro la de Diputados. La curiosidad me llevó a averiguar el motivo de ese peculiar nombre. Aparentemente esa denominación fue utilizada por primera vez por la Logia Masónica, cuyos miembros llamaban de ese modo a la antesala o al salón de ingreso a sus templos y donde los aspirantes a pertenecer a ella perdían los pasos de su pasado, para comenzar unos nuevos en el ámbito masón: un espacio de transición para pa-
sar de una antigua conciencia a una nueva.
En muchos países se ha adoptado el nombre de Salón de los Pasos Perdidos para referirse a los vestíbulos de cortes y tribunales. Los franceses le llaman también así a los majestuosos edificios del parlamento y tribunales de justicia, nombre que se ha extendido al lenguaje cotidiano utilizándolo incluso en carteles en las estaciones de trenes. También en Italia se utiliza con frecuencia en algunos edificios públicos, siendo el más conocido el corredor que antecede al salón de los parlamentarios en el Palacio de Montecitorio llamado Corridoio dei Passi Perduti. En España, el Palacio de Justicia del Tribunal Supremo, uno de los edificios más imponentes cuenta también con su Salón de los Pasos Perdidos. Con esta misma denominación se le conoce a muchos otros salones de edificios congresales del mundo, como el Palacio Legislativo de Montevideo, el Congreso de Buenos Aires o el admirable Capitolio de La Habana, entre muchos otros. |
LA DEL ESTRIBO
Cuando visité el monumento a la Revolución, sin saberlo, circulé a través del ‘espíritu’ de la estructura de lo que hubiera sido el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Inconscientemente estaba yo perdiendo mis pasos dados en el pasado para comenzar unos nuevos en el ámbito de la grandiosa historia de mi País.
Cuando visité el monumento a la Revolución, sin saberlo, circulé a través del ‘espíritu’ de la estructura de lo que hubiera sido el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Inconscientemente estaba yo perdiendo mis pasos dados en el pasado para comenzar unos nuevos en el ámbito de la grandiosa historia de mi País.