Hola familia y amigos, aquí reportándome (29 de Marzo 2020)
Querida familia y amigos, aquí estamos otra vez para el reporte de nuestra situación en Italia. Ay, qué pena, con tantas cosas bonitas que hay para contar de este hermoso país, me encuentro aquí contándoles la triste situación que estamos viviendo.
Según la protección civil, ayer se llegaron a más de 85 mil casos positivos de “coronabicho” y más de 10 mil personas muertas. Italia pasa a ser el primer país en el mundo por número de muertes. Sin embargo, dentro de los datos que mejoran está el de los contagios que está disminuyendo, aunque todavía sigue siendo alto. Imagínense, no solo no llegó el “pico” como se esperaba para la semana pasada, sino que el número de contagios pronosticados para ese “pico” entre 30 - 40 mil ya se duplicó. La buena noticia es que los hospitales están siendo más eficientes en sus curas y se está recuperando mucho más gente.
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Resumiendo
Haciendo una breve historia de cómo empezó el brote de la epidemia en Italia, recuerdo que tuvo sus primeras manifestaciones epidémicas el 30 de enero, cuando una pareja de turistas de China dio positivo por el virus en Roma. Habían llegado una semana antes entrando por el aeropuerto de Milán. Posteriormente, el 21 de febrero, se detectó un brote de infecciones por el virus a partir de 16 casos confirmados en Lombardía que aumentó a 60 al día siguiente con las primeras muertes reportadas durante esos mismos días. Obviamente hubo otras fuentes que alimentaron el brote, de las cuales existen muchas versiones no confirmadas, entre ellos el de un turista alemán en Lombardía que había estado en China. Probablemente también participaron algunos chinos que debían ayudar en la organización de la “semana de la moda” en Milán a mediados de febrero, evento que al final se suspendió.
Haciendo una breve historia de cómo empezó el brote de la epidemia en Italia, recuerdo que tuvo sus primeras manifestaciones epidémicas el 30 de enero, cuando una pareja de turistas de China dio positivo por el virus en Roma. Habían llegado una semana antes entrando por el aeropuerto de Milán. Posteriormente, el 21 de febrero, se detectó un brote de infecciones por el virus a partir de 16 casos confirmados en Lombardía que aumentó a 60 al día siguiente con las primeras muertes reportadas durante esos mismos días. Obviamente hubo otras fuentes que alimentaron el brote, de las cuales existen muchas versiones no confirmadas, entre ellos el de un turista alemán en Lombardía que había estado en China. Probablemente también participaron algunos chinos que debían ayudar en la organización de la “semana de la moda” en Milán a mediados de febrero, evento que al final se suspendió.
Entre las primeras medidas para contener la infección fue la cuarentena de 11 municipios en el norte de Italia (en Lombardía y Véneto). El 23 de febrero, el Consejo de Ministros emitió el decreto que establecía el cierre total de los municipios con brotes activos y la suspensión de manifestaciones y eventos en los propios municipios. Fue entonces que nuestras reuniones de trabajo y actividades deportivas y culturales se suspendieron en mi Instituto, pero se siguió trabajando normalmente unos días más.
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En los días siguientes, el Primer Ministro Conte emitió una serie de decretos llamados “de implementación” en los que las medidas de restricción se volvían progresivamente más férreas y se extendían gradualmente a todo el territorio nacional. Los decretos fueron el 25 de febrero, 1, 4, 8, 11 de marzo y el más reciente el 22 de marzo.
En la noche entre el 7 y el 8 de marzo, el Primer Ministro emitió un nuevo decreto, que reemplazaba a los previos decretos del 1 y 4 de marzo con medidas restrictivas que se aplicaban a Lombardía y otras 14 provincias del Centro-Norte para confinar a unos 16 millones de personas. Con este decreto se abolieron las llamadas "áreas rojas" previamente establecidas al comienzo de la pandemia, y se prohibía cualquier movimiento hacia y desde los territorios restringidos, así como desplazamientos internos dentro de los mismos territorios
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En varias de las ciudades del norte de Italia, entre ellas Milán, hay muchísimas personas de las regiones del sur de Italia que trabajan o estudian en universidades de Milán y de otras ciudades del norte del país. Toda esa gente no sabía qué hacer, si recluirse en los apartamentos alquilados o tratar de regresar a casa en sus ciudades de origen mientras pasaba la epidemia.
Hasta ese momento el resto de Italia estaba “casi limpia”, por así decirlo, pero en la tarde del sábado 7 de marzo, un borrador del decreto del primer ministro se filtró en la red, corriéndose la voz del inminente cierre de Lombardía y otras provincias. Todos estos muchachos y trabajadores se enteraron por las redes sociales que esas provincias se convertirían en zonas rojas. Esa noticia traspapelada provocó un “escape masivo” para regresar a sus lugares de origen sin ninguna organización higiénico-sanitaria. Ese sábado en la noche se realizó un éxodo de muchos trabajadores y estudiantes a sus regiones nativas, para evitar quedarse “atrapados” en las áreas que se habrían de cerrar por cuarentena en las siguientes horas. Esa noche, los trenes viajaron llenos de pasajeros. Los pocos o muchos enfermos se entremezclaron con otros pasajeros y sin saberlo se encargaron de contagiar a otros durante el largo viaje de varias horas. Esa salida en masa contribuyó a la diseminación de la enfermedad en el sur. Para evitar que este desplazamiento masivo al sur de Italia acelerara aún más la transmisión de la pandemia, las regiones del sur de Italia desesperadamente pidieron que los muchachos hicieran cuarentena, pero no faltó quien abrazó y besó a sus padres y abuelos y contagio a sus amigos locales.
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A partir de esa semana se empezó a perder el control del resto del país. De hecho, pocos días después, el 11 de marzo, el Primer Ministro se vio obligado a declarar confinado todo el país.
¿Por qué el “microbicho” se ensañó tanto con la ciudad de Bérgamo?
Bérgamo es una pequeña ciudad de unos 120 mil habitantes, capital de la provincia del mismo nombre, en el centro de Lombardía.
Bérgamo es una pequeña ciudad de unos 120 mil habitantes, capital de la provincia del mismo nombre, en el centro de Lombardía.
La ciudad de Bérgamo tiene un equipo de futbol en primera división que se llama Atalanta. Los últimos 4 años, el Atalanta ha logrado magníficos resultados jugando muy bien. Justo el año pasado logró increíblemente por primera vez en la historia su pase a la “Champions league”, el torneo de futbol europeo más importante, en el cual participan solo los primeros lugares de la clasificación de cada país. Después de una primera ronda con dificultades, el Atalanta logró su pase a los octavos de final, lo cual los hacía participantes de un hecho histórico. Le tocó jugar contra el Valencia de España, que pasaba también por un gran momento. El club Atalanta solicitó jugar los restantes partidos de la “Champions” en el estadio de San Siro, de Milán, pues es mucho más grande que el de Bérgamo, aprovechando que el club de futbol Milan no se clasificó para este torneo. Las autoridades autorizaron el partido de “ida” contra los españoles llevándose a cabo el pasado 19 de febrero en ese estadio. Yo no soy seguidor del Atalanta, pero me gusta ver el buen futbol y vi ganar al Atalanta 4-1 por streaming. Se dice que ese partido entre Atalanta y Valencia provocó el aumento exponencial de los contagios en Lombardía, particularmente en Bérgamo. Fue una bomba biológica. Hay quien lo considera el “partido cero", que dio paso a la rápida propagación del Coronavirus, tanto en Italia como en España. "
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El día del partido no se sabía muy bien lo que estaba pasando, pero ya había ciertas sospechas y advertencias de que el virus estaba al acecho, no solo en Lombardía, sino que también en algunos lugares de España. Muchos aficionados en el estadio vieron el juego en grupo y hubo mucho contacto entre ellos esa noche. El virus se transmitió de uno a otro. Por supuesto que ese partido no fue la única causa. Lo que es cierto es que después de ese partido hubo casos de positividad en gran parte de los miembros del club valenciano incluyendo un periodista que voló a Milán.
Si el virus ya estaba en circulación, los 40 mil fanáticos que se dieron cita en el estadio de San Siro se convirtieron en potenciales portadores del virus. Podemos imaginar los gritos de euforia de los hinchas que largaban millones de microgotitas de saliva acarreando el “microbicho” de un aficionado a otro. Para ese partido llegaron aficionados de todas partes, no sólo de la ciudad de Bérgamo. Pero supongamos que la mitad provenían de esa ciudad. Quiere decir que en una ciudad de poco más de 120 mil habitantes, unos 20 mil estaban presentes en el estadio deseando estar allí ese día en que el equipo de su ciudad escribía la historia. 28 autobuses transportaron poco más de 1 500 aficionados.
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La mayoría de los otros hinchas llegaron en automóvil. La ciudad de Bérgamo está a sólo media hora del centro de Milán. Este es el evento que podría haber desencadenado el brote epidémico de la ciudad más golpeada de Italia por el virus. Es un hecho que el 4 de marzo, exactamente 14 días después del juego de San Siro, la curva de los contagios de Bérgamo se disparó.
Situación personal
La próxima semana hablaremos de la grave situación económica que esta amenazando gran parte del país. Por el momento solo puedo decir lo que veo desde mi ventana y de las pocas veces que salgo. Voy dos veces a la semana al laboratorio, pero esta semana me turnaré con mi colega Francesca para ir a tomar los datos y aprovechar para nutrir nuestros cultivos. El resto de la semana trabajamos en casa, tenemos reuniones utilizando esos sistemas modernos de video teleconferencia. Son muy incómodos y tienen muchas interferencias, pero hay que reconocer que, sin esos sistemas, sería imposible realizar reuniones utilizando solo el teléfono.
La próxima semana hablaremos de la grave situación económica que esta amenazando gran parte del país. Por el momento solo puedo decir lo que veo desde mi ventana y de las pocas veces que salgo. Voy dos veces a la semana al laboratorio, pero esta semana me turnaré con mi colega Francesca para ir a tomar los datos y aprovechar para nutrir nuestros cultivos. El resto de la semana trabajamos en casa, tenemos reuniones utilizando esos sistemas modernos de video teleconferencia. Son muy incómodos y tienen muchas interferencias, pero hay que reconocer que, sin esos sistemas, sería imposible realizar reuniones utilizando solo el teléfono.
Yo siempre he detestado ir al supermercado. Pero debo reconocer que estas semanas he ido con mucha voluntad a comprar los víveres de la semana. Es como si tuviera un permiso de semi libertad por algunos minutos. El supermercado permite el ingreso ordenado de los clientes pidiendo el uso de una mascarilla. Ofrece un poco de gel a base de alcohol al ingreso y recomienda mantener la distancia con otros clientes. Si bien no hay todos los productos, están todavía bien surtidos.
Hace 3 semanas yo veía por mi ventana pasar mucha gente que paseaba. Muchos respetando las recomendaciones de distancia, otros sin importarles mucho. La siguiente semana vi menos gente por la calle y a raíz de restricciones más duras que prohíben los paseos, los últimos días he visto poquísima gente que lo hace. Quizá tantas recomendaciones a no salir y ver que no bajan los contagios, la gente empieza a tener miedo o por lo menos un poco de respeto por los demás que nos la pasamos encerrados haciendo un sacrificio. |
Tengo el pelo muy largo, pero no hay peluqueros. Un tubo de agua esta roto pero no hay plomeros. Necesito reparar mis anteojos, pero la óptica está cerrada. Estos pequeños inconvenientes parecen que no hacen nada, pero están destruyendo la economía.
Bueno querida familia y amigos, les mando un saludo enorme deseando que esto pase lo más rápido posible.
Emi Mendoza
Bueno querida familia y amigos, les mando un saludo enorme deseando que esto pase lo más rápido posible.
Emi Mendoza