Hola familia y amigos, aquí reportándome (5 de abril 2020)
Querida familia y amigos, aquí estamos otra vez para el reporte de nuestra situación epidémica en Italia.
En general, Italia continúa aumentando la curva de contagio, pero está ligeramente bajando y además se está manteniendo estable, aunque con una fluctuación natural. Se empieza a ver a lo lejos una pequeña luz al fondo de este largo túnel…
Durante la semana pasada se alcanzó el esperado ‘pico’ en la curva de contagios y se estabilizó en los días siguientes. Finalmente dejó de tener un crecimiento exponencial. Los datos divulgados por el boletín de la Protección Civil hablan de un aumento en los enfermos, es decir, personas positivas en un día, igual a unas 2800 unidades de ayer sábado, mientras que en los últimos tres días habían sido 2900 el miércoles, 2.400 el jueves y poco más de 2300 el viernes. Ayer, la protección civil anunció que se alcanzaron los 20 mil pacientes que fueron dados de alta, mostrando un mejoramiento en la eficiencia del servicio sanitario nacional, mientras que ya se superaron dramáticamente los 15 mil muertos en lo que va desde el comienzo de la epidemia. El número total de personas que han contraído el virus desde entonces es de más de 124 mil. Disminuyen los internados en terapia intensiva lo que ayuda mucho a que los hospitales puedan administrar mejor los tratamientos y concentrarse más en los enfermos. |
Muerte en completa soledad
Yo me considero una persona fuerte emocionalmente, pero en esta ocasión me vi afectado cuando vi la entrevista que le hicieron a una señora de la ciudad de Bérgamo, cuyo padre se convirtió en una de las tantas víctimas del “coronabicho”.
Yo me considero una persona fuerte emocionalmente, pero en esta ocasión me vi afectado cuando vi la entrevista que le hicieron a una señora de la ciudad de Bérgamo, cuyo padre se convirtió en una de las tantas víctimas del “coronabicho”.
Con lagrimas en los ojos, la señora contó que su padre comenzó a sentirse mal en casa y ella llamó a la ambulancia indicando que tenía síntomas de la enfermedad. La ambulancia lo recogió, pero no permiten viajar en el vehículo a nadie con el paciente por medidas preventivas. Una vez hospitalizado, ya no lo volvió a ver ni oír. Solo llamaba al médico por teléfono, el único contacto intermediario con el paciente, para recibir información sobre la situación de empeoramiento o de mejoría.
La señora narraba como se quedó su padre solo con los médicos durante días y sin poder recibir ni un contacto con sus seres queridos. Esperaba que sonara el teléfono todo el día y toda la noche, pero el teléfono nunca sonó: “Nadie me llamó desde el hospital. Llamé el sábado y me dijeron que lo estaban ayudando a respirar, pero que se estaba recuperando. Llamé el domingo, me dijeron que estaba estable. Al día siguiente la situación se precipitó. Me llamaron sólo para decirme que mi padre había muerto el lunes ". |
El llanto de dolor de esa señora entrevistada es como el de cientos de personas que ven a una anciana mamá o papá irse en una ambulancia. El paciente solo tiene contacto con unos desconocidos que están cubiertos desde los pies a la cabeza para no infectarse. Pasan los días y el paciente no ha visto ni escuchado a su familia, no escucha sus voces, no puede sentir sus manos. Sin un abrazo, sin contacto humano o, en cualquier caso, lo menos posible. Incluso el personal médico queda impotente ante esta situación. Pero no hay nada que puedan hacer al respecto. El hospital no permite la visita de los familiares pues pondrían en peligro su vida. La señora se preguntaba cómo pasó su padre sus últimos momentos. Se imaginaba la difícil situación que vivió, sin poder respirar, sentirse débil y ver que se llevan a su vecino de cama que acaba de morir. El pensamiento del paciente que se empieza a nublar, sentir que su voluntad de vivir comienza a ser devorada por el miedo a no lograrlo. Estaba en una cama de hospital con médicos y enfermeras a su lado, pero sin su familia. Sin su hija o su hijo que los animaran y le dijeran: “vamos papá, estoy aquí contigo, superaremos esto”. El aliento del anciano paciente se fue extinguiendo. El corazón no aguantó y se detuvo sin poder despedirse de su familia. El familiar recibe la llamada de que su ser querido acaba de fallecer, pero no lo quiere creer. Tiene que verlo para creerlo, pero como no puede verlo, comienza a hacer mil preguntas por teléfono: "Doctor, ¿está seguro? De todas las personas enfermas que tiene, ¿es realmente mi padre? ¿Puede controlar otra vez? Revise por favor la carpeta”. – “Señora, estoy seguro, lo siento mucho… es su padre. El virus lo ha vencido”.
Pero el familiar quiere saber más. –“¿Qué dijo? ¿Preguntó por nosotros? ¿Cuáles fueron las últimas palabras? La respuesta del médico que lo atendió al final dijo que sus últimas palabras fueron: "Quiero irme a casa… " Solo queda imaginarse como se fue apagando su cuerpo y su alma en medio de una soledad pensando en su casa, en su familia, en el amor que en ese momento necesitaba pero que nadie era capaz de darle. El doctor que debe informar del fallecimiento a sus familiares por teléfono también sufre. Solo ellos saben los gritos de dolor que habrán escuchado a través del teléfono.
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Ahí está el cuerpo sin vida, está ocupando un lugar, hay que retirarlo. Hay que hacer espacio para que venga otro que tal vez se salvará. El cadáver se coloca en una bolsa negra y se lleva con los demás. El funeral no se puede realizar para evitar el riesgo de que las personas se encuentren y se infecten. La señora no puede ver a su padre ni siquiera muerto: “No, señora, lo siento mucho, pero no lo puede ver. Ahora ya lo llevamos al cementerio, pero esta “haciendo cola” para ser incinerado, pues no hay lugar. Si tiene suerte, su padre saldrá esta noche hacia la ciudad de Módena donde han ofrecido el apoyo con su crematorio”.
La lista de espera para la cremación es de 10 días. Hay demasiados muertos. No hay lugar. El crematorio de la ciudad de Bérgamo está trabajando las 24 horas del día, pero solo puede incinerar a 25 cadáveres por día. Es obvio que con tantos fallecidos no se den abasto. Esto sin contar que las agencias funerarias locales no pueden administrar el servicio ya que algunas están cerradas porque los empleados también se han enfermado. Para aliviar la morgue del cementerio, sin más espacio disponible, ha sido necesario en los últimos días formar los cuerpos de los difuntos en la iglesia que esta dentro del cementerio para que esperen su turno.
De repente aparece una imagen en el reportaje que parece un escenario de guerra: por las calles de Bérgamo, una larga columna de vehículos militares avanza en convoy. Son camiones del ejército utilizados para transportar los ataúdes desde el cementerio de la ciudad de Bérgamo hasta los crematorios de otras regiones aledañas. La solución encontrada para hacer frente a esta emergencia fue la de usar los vehículos del ejército. Muchas de las víctimas del coronavirus han sido transportadas a otras ciudades como Módena.
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La señora después de muchos días que dejó a su padre en la ambulancia, no puede recibir todavía las cenizas de su padre para una cristiana sepultura… Familias de miles de fallecidos han vivido una situación similar de tristeza absoluta…
Nuevas reglas y virus del hambre
Las restricciones a salir de casa se alargaron otras dos semanas cuando se darán las nuevas disposiciones para recomenzar con la producción nacional que está casi inmóvil. A partir de hoy domingo 5 de abril, y al menos hasta el 13 de abril, en Lombardía solo podremos salir de la casa usando una máscara que nos cubra la nariz y la boca. Ya que no es fácil encontrar máscaras en comercio, en alternativa se podrá cubrir la nariz y la boca de cualquier otra manera, con bufandas, pañuelos o calentadores de cuello.
Las restricciones a salir de casa se alargaron otras dos semanas cuando se darán las nuevas disposiciones para recomenzar con la producción nacional que está casi inmóvil. A partir de hoy domingo 5 de abril, y al menos hasta el 13 de abril, en Lombardía solo podremos salir de la casa usando una máscara que nos cubra la nariz y la boca. Ya que no es fácil encontrar máscaras en comercio, en alternativa se podrá cubrir la nariz y la boca de cualquier otra manera, con bufandas, pañuelos o calentadores de cuello.
Lombardía sigue siendo la región más castigada. En el resto de Italia los contagios continúan no obstante las restricciones a no salir de casa. La policía ha hecho una cantidad enorme de multas y denuncias a gente que sale sin un motivo válido. Todavía hay muchas aglomeraciones en calles de ciudades como Nápoles.
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En Sicilia comienzan a haber graves problemas como consecuencia de la crisis económica. En Palermo, un grupo de personas atacaron un supermercado. Entraron, llenaron los carritos con víveres, y cuando llegaron a la caja dijeron: "No tenemos dinero para pagar las compras". El pánico y el terror se extendieron rápidamente en minutos. La policía tuvo que intervenir para restaurar la calma. Afuera del supermercado, la gente estaba formada como siempre, a una distancia de un metro como imponen las reglas anti contagio, pero dentro el establecimiento había momentos de nerviosismo y tensión.
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Vagabundos y presos
Las reglas impuestas por el gobierno de quedarse en casa no consideran a quién no tiene una casa. ¿Cómo pueden respetar las disposiciones del gobierno? Solo en Roma se calculan unas 8 mil personas sin hogar. Los vagabundos son sin duda los más débiles de nuestra sociedad. Hay muchas asociaciones que ayudan a los que no tienen casa, dándoles comida o muchas veces abrigo.
Las reglas impuestas por el gobierno de quedarse en casa no consideran a quién no tiene una casa. ¿Cómo pueden respetar las disposiciones del gobierno? Solo en Roma se calculan unas 8 mil personas sin hogar. Los vagabundos son sin duda los más débiles de nuestra sociedad. Hay muchas asociaciones que ayudan a los que no tienen casa, dándoles comida o muchas veces abrigo.
Pero estos voluntarios han disminuido en las últimas semanas ya que muchos son ancianos y no quieren exponerse al riesgo de infección. Los comedores que ofrecen comida a las personas que viven sin domicilio fijo y sin trabajo tuvieron que limitar la entrada a los comensales pues en cada mesa se sentaban 8 personas y ahora admiten dos por mesa a la vez para mantener la distancia de seguridad entre personas. Muchas de estas personas viven de las limosnas callejeras, pero en un momento en el que las calles están vacías, están en aprietos.
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Por otro lado, en las cárceles hay otros problemas además de la sobrepoblación de presos. Las personas a las que se les privó de su libertad por haber cometido un delito, están también pasando por un momento muy difícil. La noticia de las restricciones del pasado 8 de marzo incluyó la suspensión de visitas familiares a las penitenciarías. Esto desencadenó muchos disturbios en las prisiones de toda Italia debido a la suspensión de esas visitas y la limitación de los regímenes de semi libertad. Unas doce personas murieron en la revuelta en varias cárceles y muchas otras resultaron heridas o intoxicadas en los diversos incendios que estallaron en algunos penales.
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Bueno querida familia y amigos, ya estaré informando de la situación más adelante. Me enteré de la difícil situación que también viven varios países de Latinoamérica, entre los que se encuentra Ecuador, cuya situación de emergencia se le esta escapando de las manos al gobierno. Espero poder dar un reporte menos triste la próxima semana y deseo que ustedes logren poner bajo control al “microbicho”. Un abrazo a distancia para todos.
Emi Mendoza
Emi Mendoza